Presentacion de Flora y Fauna

Flora & Fauna es...

Un grupete de amigos de la bici, de la naturaleza ("y de la cerveza" añadirán prestamente algunos..)
Lo cierto es que hemos compartido viajes, bicicleteadas y algun que otro asado..La idea surgió en uno de esos raros momentos de inspiración que suelen proporcionar los viajes, en especial el del 2.006 al Sur y Chile.Hoy somos ANDRES, ADRIAN, RUBEN, JUANJO, ALEJANDRO, NACHO, WALTER Y (nuestra flamante incorporación, el "crédito" de F&F), VICTOR.
BIENVENIDOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

lunes, 27 de septiembre de 2010

Travesía a El Destino. 24-25/9/10



Travesía a “El destino” (Punta Indio).

PREPARACION.
Al momento de los preparativos se me planteaban a cada paso, a cada instante muchas conversaciones internas que me decían que la idea era un disparate, que no estaba preparado físicamente, que no tenia el equipo necesario, que no era el mas avezado en campamentismo, que estaba dejando de lado cosas mas importantes como la plenaria de coaching, que estaba restando tiempo del trabajo, que estaba grande para este tipo de cosas, y asi una lista de argumentaciones por el estilo.
Lo cierto es que, aun frente a estas conversaciones oponía mis propias razones: Que el ciclismo es una actividad que realizo por indicación médica y que esta es de por vida; que además he probado fehacientemente que es un contrapeso absolutamente necesario para desarrollar mi actividad profesional; que es una forma de contribuir en el proyecto de “arraigo” a la ciudad que decidí emprender estos dos últimos años; que es un ámbito para relacionarme con gente que cultiva la misma pasión por la bicicleta; que es una hermosa forma de aprovechar estos primeros días de la primavera, al aire libre y conectado con la naturaleza; pero principalmente, con la serena ambición de poder intentar esta travesía sin vehículo de apoyo ni mas auxilio que lo que podía llevar en las alforjas, para hacer en el futuro un viaje por varios días de esta manera.
Los preparativos fueron bastante intensos ya que había que conseguir el equipo necesario, y cada elemento disparaba su propia evaluación y terminaba con una decisión. De esta forma, consulté, comparé, compré, cambié, descarté, volví a considerar, empaqué, desempaqué, abrí, probé y este circuito se repitió unas cuantas veces.

EL VIAJE.
El viaje comenzó temprano. Había dejado la bici cargada la noche anterior y toda la indumentaria lista para arrancar. El día se presentó fresco pero con un sol radiante. Empezar a rodar, frío y con los nuevos movimientos propios del peso y su distribución sobre la bicicleta fue disparando mas conversaciones hasta llegar al punto de encuentro, lo positivo es que esto sirvió para ajustar varias cuestiones y poder viajar mejor.
Así cuando el grupo estuvo completo, arrancamos. La velocidad de rodado me pareció bastante elevada para la carga (27/29 km), y hasta que pude aclimatarme apenas si podía mantener alguna corta charla con quienes marchaban a mi lado.
A partir de allí el viaje transcurrió con normalidad. Se hacían paradas para reagruparse con los mas rezagados y después para almorzar, una vez pasada la mitad de camino, a eso de las 12 del mediodía.
En el trayecto, -casi íntegramente por caminos rurales-, se pasa por las localidades de Correa, Bavio, Vieytes y se circunda Magdalena.
Antes de esta última, mas precisamente en el cruce con la Ruta 20 que se encuentra en construcción, paramos a almorzar a la vera de un bosque de eucaliptos.

LA ALEGRIA DE LLEGAR.
Alrededor de las 15 llegamos a la reserva, y armamos las carpas.
Realmente era impactante ver la cantidad de bicicletas y carpas pequeñas que iban aflorando hasta cubrir en un rato, un gran espacio del lugar destinado para acampar.
Las alforjas llegaron en perfecto estado. Es muy importante ajustarlas bien, ya que la conducción luego es mucho mejor, máxime teniendo en cuenta que si bien el camino –casi todo del tipo rural- está muy bueno, el último tramo posee serruchos y bastante arena en sus costados.
Una cosa a tener en cuenta son los “cubrealforjas”, que evita que se llenen de polvo.
Las carpas llevaba la gente iban desde las individuales, muy livianas (de 1, 3 a 1,9 Kg.) y de varillaje mas corto (unos 40 cm. en lugar de las tradicionales, de 55-60 cm.); hasta de 3-4 personas, que eran compartidas en su transporte, unos llevan la carpa los demás el resto de las cosas.
En general la diferencia en el peso la hace el sobretecho. Las de alta montaña son mucho mas caras, aunque obviamente de mejor prestación. Igualmente dependiendo de las condiciones climaticas, casi todas condensan agua en su interior. Las recomendaciones son dejarlas abiertas durante el dia y si es posible ubicarlas debajo de algún árbol. Es recomendable llevar un nylon negro común de ferretería para extender bajo la superficie de la carpa, ya que evita que pase la humedad.
Por mi parte, como no conseguí decidirme por una carpa definitiva y quería ver y escuchar otras experiencias, llevé una de las mas económicas, sin sobretecho, con mínima columna de agua y seguramente nula resistencia al viento, pero por suerte las condiciones fueron muy favorables.
El otro tema importante es la “cama”. La gran disyuntiva esta entre no llevar nada mas que el aislante y la bolsa de dormir o llevar algún inflable. En el ultimo caso, las opciones son o un colchón inflable o una colchoneta común, de las que se usan para los chicos, en las piletas como flotadores, etc. Ambos tienen pros y contras. Los primeros son mucho mas pesados. Las segundas corren mas riesgos de pinchaduras y tienen boca chica, para inflar o bien con la boca o con un inflador de pico chico, lo que crea resistencia y dificulta su inflado. Y al momento de desinflarlo pasa lo mismo, hay que apretar la válvula con los dedos para dejar salir el aire. Pero yo llevé la segunda y funcionó muy bien. Apunto llevar una almohada inflable.
La opción de no llevar nada, si bien hubo gente que la usó, está descartada de plano al menos para mí, porque descansar lo mejor posible es una necesidad si hay que seguir pedaleando al día siguiente.
Todo el mundo lleva linterna ligera (de leds) y es una buena opción la que se ajusta a la frente ya que deja las manos libres para trabajar en la oscuridad. Hay unas que son las mismas que se usan en el manubrio de la bicicleta.
En cuanto al frío, llevé una bolsa de dormir de mediana calidad y decidí reemplazar la frazada por camiseta y pantalón térmicos que anduvieron muy bien.
Otro tema a tener en cuenta es el calentador. Hay algunos sistemas que ocupan poco espacio e incluso vienen con un juego de olla y sarten que están muy buenos.

EQUIPO Y ACONDICIONAMIENTO PARA LA BICICLETA:
Estaba indeciso sobre si llevar las trabas o cambiarlas por los pedales –o llevarlos por las dudas-. Al final me decidí por mantener las trabas y la verdad que creo que fue un acierto.
En cuanto a la bici, mas allá de hacerle el service normal, y sumarle una libras extra a las ruedas por el peso, solamente le puse la parrilla, las luces traseras y el soporte para la delantera. Anduvo muy bien.
En cuanto al equipo llevé el juego de llaves, una cámara de repuesto, la yapa para la cadena, un fusible, inflador y agregué una pequeña pinza que cabía en la cartera debajo del asiento y que terminó siendo sumamente útil.
Anoto llevar aceite y un cepillo de dientes, para lubricar la cadena, que a la vuelta viene muy bien.
Tambien anoto especialmente llevar parches, solución y especialmente verificar las cámaras de repuesto ya que llevé una nueva que perdía por la válvula. Como tenía la banda de kevlar y la cámara nueva me confié. Craso error. A la vuelta, un km antes de llegar a Bavio se empezó a bajar y cuando la voy a reemplazar me encuentro con la sorpresa. Por suerte estaba con mas gente. Me prestaron los elementos y pude repararla sin problemas. Otro elemento que esta bueno es una llavecita para ajustar las válvulas, aunque no se donde se consigue. Posiblemente en alguna gomería.

LA RESERVA “El Destino”. Fundación Elsa Shaw de Pearson:
Se trata de una antigua estancia ubicada a unos 20 km de Magdalena y a otro tanto de Punta Indio. Llega hasta la costa del Río de La Plata y contiene una impresionante variedad de animales y una flora que entre lo mas saliente que pude observar hay una variedad de pequeñas plantas con hojas de formas simétricas y de un color verde que parece fluorescente entre las sombras que provoca el denso follaje. Tambien llama la atención la selva en forma de galería, formada por arboles que tuercen sus troncos en ángulos casi inverosímiles para volver al suelo. Por ultimo, es imposible no reparar en las gigantescas alfombras de verde intenso del pasto que se me ocurre no tienen nada que envidiar al césped de los parques de Londres.
Todo el terreno se encuentra surcado por innumerables riachos o brazos que atraviesan la reserva. Incluso es frecuente ver esteros o lagunas que en algunos casos inundan grandes extensiones.
El casco de la estancia, devenido en sede del alojamiento del lugar, sea mediante el sector de camping como también por los “dormis” reciclados donde antaño funcionaran el establo y las barracas, resulta un hermoso marco para el lugar.
Fiel a su estilo ingles, todo el sector se encuentra rodeado de innumerables jardines, con infinita variedad de especies, antiguas fuentes y estatuas en bronce, todo ello impecablemente ubicado, que crea espacios, senderos y vistas que de cientos de años después, intuyo disparan la envidia de los paisajistas actuales.
Hay un camino que estimo sin mucha precisión en un par de kilómetros que conduce hasta el río y que permite apreciar a sus lados la inmensa variedad de especies que conviven en este formidable ecosistema y que mi ignorancia me impide reseñar.
En el río, -crecido, dicen que suele haber una ancha playa-, el contraste entre el pasto, el cielo y el agua es una delicia para la vista.
En el ámbito de la reserva existen numerosos senderos, bastante parecidos a los del Parque Pereyra, pero los que se encuentran abiertos son un poco mas amplios y perfectamente transitables.
Hay uno que conduce hasta la confluencia de dos arroyos que luego desembocan en el río, y es muy curioso ver como el agua, -producto de la crecida, seguramente-, corría en sentido contrario a su desnivel natural, es decir, alejándose del Río.

EL ASADO y LA TORTILLA.
A la tardecita se armó la lista y compraron la carne para el asado que estuvo buenísimo y permitió compartir un grato momento, vino de por medio.
Ahora, todos los premios fueron para un compañero que se mandó una tortilla hecha adentro de un envase de tetra brick que estuvo mortal.

LA VUELTA Y LA REFLEXION.
Dice Bioy Casares algo así como que “..el que se va no debiera llevarse..:” Y esto de dejarse atrás, va mas allá de lo cotidiano, de lo rutinario; permite reencontrarse, redescubrirse y principalmente conectarse con el entorno y disfrutar, disfrutar, disfrutar, hasta que las emociones brotan, los ojos se humedecen de felicidad y la sonrisa se dibuja sola en la boca.
El aire en la cara, el campo en los ojos y el sol en la piel hacen que el esfuerzo del corazón, las piernas y la cabeza arriba de la bici sean un ínfimo y justo tributo para tanta felicidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Juanjo, me encanto la travesía, gracias por la invitación para hacerla, me duele no poder haber ido mas que nada por cuestiones laborales, pero tengo la esperanza de poder realizarla con todo el grupo en algun momento. Un abrazo.Victor.